
Ocupado, serio, y siempre concentrado, Pixel navega por los vídeojuegos y la tecnología electrónica con una habilidad magistral. Pero todas las horas que ha gastado con los videojuegos le han hecho olvidar hábitos y normas de los juegos con sus amigos en la calle. El mando que lleva siempre con él no puede acallar ni cambiar los argumentos o ideas de sus amigos, y por ello, en muchas ocasiones decide retirarse a su mundo de bytes.
A veces el único modo de que se pueda comunicar con otros niños es por su amor a la tecnología, pues su capacidad e instinto para solucionar problemas mediante la tecnología son de valor cuando los demás tienen que calcular algo. Pero Pixel se queda bloqueado ante preguntas como: ¿Cuál es tu color favorito? ¿O que sientes por Stephanie?. Ante estas preguntas nunca sabe que contestar y siempre reconduce la conversación hacia su mundo.
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